sábado, agosto 08, 2009

Flor de palabra: Las críticas de los principales diarios.

Muy buenas críticas recibió Flor de palabra, en su mayoría lo que más destacan es la gran labor de Florencia como conductora.

La Nación

Un televisivo juego de palabras

Entre el rol de capocómica y de diva, Florencia Peña lleva adelante un nuevo programa de entretenimientos.

Flor de palabra, ciclo de entretenimientos. Conducción: Florencia Peña. Producción general: Betina Sancha y Fidel Chiato. Dirección: Pablo Milutinovic. Escenografía: Carlos Golak. Iluminación: Juan Lira. Los miércoles, a las 23, por Telefé.
Nuestra opinión: bueno

El debut en la conducción de Florencia Peña no se alejó demasiado de lo que el público se ha acostumbrado a esperar de las incursiones ficcionales de la comediante hasta el momento, algo inusual dado que aquí Peña debe sacar partido de su imagen y considerable simpatía para ponerla al servicio de una propuesta que dista de estar hecha a su medida.

En su aspecto más positivo, Flor de palabra refrenda ?como si esto fuera necesario ya? la clara sintonía de Peña con el espectador promedio, su facilidad para el remate picante y la fuerza de su personaje escénico, equidistante entre el capocómico y la diva. Esto fue ejemplificado en un entretenido monólogo inicial en el que contó las vicisitudes de la concepción del programa y la filmación del piloto en España, tomándose el pelo a sí misma y a sus compañeros, a la vez que dejaba muy claro, sin decirlo, que era su presencia al frente del ciclo lo que había logrado llevarlo de la Madre Patria a la pantalla de Telefé.

Y no es raro que todas las virtudes del programa pasen por su conductora: por lo visto hasta aquí, el juego en el centro del programa es tan sencillo y amable como desprovisto de suspenso y matices, más allá del que pueda inyectarle la adquisición o no de un premio en metálico (de un máximo de cien mil pesos, pozo que se fue sorpresivamente en el debut).

La mecánica del juego dicta que una tribuna de posibles participantes compitan entre sí para descubrir una palabra dentro de un rubro específico ?desde objetos hasta animales? elegida por "el Master" del programa, Richard Rubin. Quienes acierten aquel vocablo pasarán a competir en una segunda rueda por dinero contra otros dos participantes, recibiendo pistas en forma de listas de características de la palabra que deben descubrir. Quien arriesga y pierde, debe retirarse; quien lo hace y acierta, pasa a la final, que se diferencia de las anteriores rondas porque cuenta con un multiplicador que define, luego del acierto o error del concursante, por cuánto dinero estaba participando.

En principio, las palabras no son más complicadas al comienzo que al final (y no es que lo sean mucho al principio: "Jabón", de hecho, fue el pasaporte de una muy sorprendida catequista a un premio de seis cifras; enigmas previos tuvieron como respuestas "pancho" y "Caminito") y si bien la simplicidad de la propuesta ayuda a imaginar que el público pueda querer jugar desde su casa, la carencia de progresión dramática del entretenimiento hace pensar que probablemente en el living del espectador tendría el mismo efecto que en la geométrica escenografía en pantalla: un plácido devenir sin sobresaltos ni mayor entusiasmo (una menor extensión quizás ayudaría en ese apartado).

Si bien es cierto que, dado la exigüidad de la propuesta, queda como trabajo de su conductora dictaminar los cambios de ánimo e imprimirle el vértigo que el juego carece, también es cierto que sus dos partenaires en escena no encontraron, al menos en el debut de Flor de palabra, un lugar desde donde minimizar el riesgo que corre Peña de opacar la propuesta con su energética participación.

Es de esperar que con el correr de los episodios tanto Q, la máquina a la que deben enfrentar los participantes (cuya socarrona voz tuvo serias dificultades de sonido en el debut) como especialmente el simpático "Master", que saltó a la fama en su país por su participación en un reality que armaba competencias en equipos conformados por chicas lindas y tragas, puedan brindar la algarabía que tanto necesita Flor de palabra para consolidarse como un entretenimiento capaz de mantener despierta a la familia a hora tan tardía.

23,6
puntos

  • el debut del ciclo ganó su franja y fue segundo entre lo más visto del día

Dolores Graña
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Clarín

Un debut con casi todo a favor

La conducción de Florencia Peña sostuvo, con gracia y buen ritmo, un formato sencillo y entretenido.
Por: Luis María Hermida

Si lo hubieran planeado, no les habría salido mejor. Si no lo hubieran planeado, tampoco. Es que la primera finalista del debut de Flor de palabra (Telefé, miércoles a las 23), un nuevo programa de entretenimientos conducido por Florencia Peña, se alzó con el premio máximo de 100 mil pesos. No está nada mal por haber adivinado una palabra: jabón.

El ciclo, producido por Endemol, consiste precisamente en eso, en adivinar palabras mediante pistas que va dando la conductora, preguntas que pueden formular, y un adecuado ejercicio deductivo. En la primera instancia son 20 participantes, luego quedan 3 y por último, la finalista compite por la cifra consignada (o menos, según el azar en una elección que hace el participante).

El formato se originó en un conocido juego de Internet (20 Questions), en el que el participante piensa una palabra y la máquina tiene 20 preguntas para adivinarla. En la versión televisiva, es el participante el que tiene que adivinar la palabra en competencia con la "máquina", que en este caso toma la forma de una voz distorsionada en off, presuntuosa y chicanera. El último elemento del juego es "El Master", una suerte de juez encargado de elegir las palabras, responder las preguntas de los participantes y formular coloridas acotaciones. Se trata de un pequeño nerd de Nueva Jersey, llamado Richard Rubi, que habla castellano con dificultad.

El juego en sí no presenta demasiadas complicaciones ni se lo propone. Más bien se trata de un esquema del tipo "juegue desde su casa". El verdadero sostén del programa lo aporta la conducción de Florencia Peña, debutante en el rubro juegos. Más allá de que el envío fue grabado, lo que siempre otorga una red de seguridad, a la ex Moni Argento se la vio suelta, con buen ritmo y muy bien apoyada por un guión que más que atarla la contuvo y la acomodó.

Más allá de un arranque demasiado gritado ("¡Grito porque me dijeron que tenía que estar bien arriba"!) y un cierre idem, porque la música y los aplausos atronaban, Peña se movió con mucha comodidad, haciendo de su "relación" con "Q" (la máquina) y con "El Master" un buen tándem de gracia y simpatía. Desafiante y chicanera con "Q", y burlona e intencionada con "El Master". En definitiva, el formato corre, la conducción sostiene y el juego entretiene. Habrá que ver que pasa con el horario, que mucho no ayuda.

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Crítica de la Argentina

Fórmula probada que sigue rindiendo
Con un formato sin demasiadas novedades, Telefe vuelve a apostar a los programas de juegos para el horario central; esta vez con la presencia de Florencia Peña, que el miércoles a la noche superó el desafío en su vuelta a la conducción.
¿Qué es lo que marca la diferencia entre un programa de preguntas y respuestas y otro? Su animador/a. A eso parece apostar Telefe con Flor de palabra, que debutó en la pantalla de la emisora el miércoles a las 23 horas. Como su conductora contó al principio de la emisión, el ciclo está basado en un juego que hizo furor en internet, que la productora Endemol –ni lerda ni perezosa– transformó para la televisión, y que a su vez Claudio Villarruel y compañía amoldaron a Peña.

El comienzo de Flor… arrancó con un monólogo de la conductora, en donde detalló de dónde había salido la idea, cómo fue la propuesta y en qué condiciones se había realizado el piloto. Ironizó sobre la “creatividad de la producción” al ponerle nombre al ciclo y además enumeró algunas cosas que suelen ser antecedidas por la palabra “flor”, como “flor de esto”, “flor de lo otro” y otras tan irreproducibles que fueron calladas por un timbre. Concluyó su teoría tomándose el pelo a sí misma: “¡Flor de pelotuda, Peña conduciendo!”, que no sólo fue un remate, sino también una buena –y vieja– forma de neutralizar críticas: me cargo yo antes de que lo haga el resto.

En cuanto a la competencia en sí, tiene tres etapas: en la primera, 20 participantes intentan adivinar una palabra con algunas pistas que reciben, y el que la descubre pasa a la otra fase. Esto se repite hasta que quedan tres. De ellos sale un ganador, que elige entre varias bolas que contienen el monto que será su premio si gana, y finalmente compite contra Q, la máquina, que de acuerdo con las pistas dadas hace una búsqueda intentando encontrarla antes que el concursante.

Pero resulta que Q habla y está ubicada en el medio del decorado, como una suerte de Señor Televisor –bastante más graciosa, por cierto– e interactúa con Florencia. Así, en el programa del miércoles, quien llegó a la final fue una catequista (“¡Justo una catequista me tiene que tocar a mí!”, exclamó Peña) que adivinó la palabra –era “jabón”– antes que Q y se ganó 100 mil pesos. Un debut más que tentador para los futuros participantes.

En definitiva, nada nuevo en cuanto al formato, pero la diferencia intenta marcarla su conductora con la colaboración del locutor que hace las veces de Q, y el “Master” Richard, un personaje pintoresco con acento norteamericano que elige las palabras a descubrir. Todo redondea un combo bastante más atractivo de lo que podía suponerse.

Florencia Peña sale airosa, sobre todo en los momentos en los que se mueve más naturalmente, donde el chiste le sale fácil y no pone cara de “¡qué chiste acabo de hacer!” (como ocurrió), algo que seguramente pulirá con el correr de las emisiones.

Del mismo modo que consiguió con Julián Weich y su Justo a tiempo desbancar cada noche nada menos que al tanque Tinelli/ShowMatch, Telefe vuelve a lograr eficacia con fórmulas simples, consiguiendo también eludir los recursos a los que suele echar mano la televisión para arrastrar audiencia, como la actual sobredosis de mediáticos, chicas sueltas de ropa y escándalos varios.

De esta forma, Flor de palabra debutó con un rating de 23,6 puntos, fue el segundo programa más visto del día, y le alcanzó para ponerse a una décima del exitoso prime time de El Trece. Algo así como un estreno inmejorable.

Sumado a eso... Al público que votó en television.com.ar le gustó el programa
Me gustó Flor de palabra
El 62,1 % de los participantes en la encuesta publicada por el sitio web afirmó que si le gustó el programa, mientras que el 37,9 % opinó lo contrari.

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