Querete, besate, tocate, mirate. ¡Vos podés! Enfocate”, exclaman a dúo Débora y Nacho Camas clavándose la mirada con deseo fulgoroso y convencimiento tenaz. “Ese es un lema que tenemos para las parejas que ayudamos a salir de sus crisis”, define ella. Los Camas acumulan 12 años de matrimonio y aún se aman. Pero a partir de que abren el centro CAMAS, sigla de Centro de Ayuda a Matrimonios Antes de Sucumbir, se vuelven una pareja eclipsada por la ambición.
“Sí, la militancia a favor del amor está bien, ¡buenísimo!, pero si no hay fama y no hay dinero, si no podemos viajar a Miami o a Disney nunca podremos ser felices”, se sincera la Sra. Camas, entusiasmada al dar sus primeras declaraciones ante el grabador de un periodista. Su enamorado compañero y socio del emprendimiento de asistencia a cónyuges en problemas, el Sr. Camas, agrega: “Lo esencial es netamente visible a los ojos. El éxito se toca. ¡Basta de intelectualismo! –dice, golpeando su mano sobre el escritorio–. Eso de ‘lo esencial es invisible a los ojos’ es justificativo de un perdedor. El éxito se toca, se disfruta, se viaja, se pagan pasajes y estadías, se sacan los billetes y ¡listo! Eso es el éxito.”
Ellos quieren escalar pero en su deseo por llegar a la cima estan próximos a perder su base. Su avaricia es tal que se sueñan juntos trepando una montaña hasta llegar a la cumbre donde funciona un… ¡Freeshop! “La meca”, suelta él exhausto pero contento al alcanzar la meta. En ese instante, ella se despierta del sueño y le dice llorando: “Hace dos meses que no tengo perfume importado.” Y él, lamentándolo profundamente, también entre lágrimas, le pide: “Tenés que aguantar, Débora, tenés que aguantar…”
Esas son las preocupaciones de Débora y Nacho, los consejeros matrimoniales de Sr. y Sra. Camas, la sitcom que protagonizan Florencia Peña y el Puma Goity que podrá verse desde este lunes, de lunes a jueves a las 22:30 hs, por la TV Pública. Aun personificados como el matrimonio en cuestión, ella con peluca colorada de rulos maradonianos de los ’80, en bata fucsia y pantuflas; él, con vestuario más discreto enfundado en un traje gris, retoman sus identidades para responder más detalles del programa que están a punto de estrenar.
–Juntos montan un negocio que promociona un método eficaz para rescatar a parejas en apuros. ¿En qué consiste el método Camas?
Florencia Peña: –Lo divertido de la situación es que se habla de un método pero nunca se enuncia cuál es. La historia está centrada en ellos dos que son terapeutas matrimoniales y que lo único que les importa es trascender. Aunque el servicio que dan es profesional.
Puma Goity: –¡Hay especialistas avezados! Sexólogos, abogados, psicólogos, nutricionistas, hasta una asesora espiritual. Cada personaje es un mundo, está todo exagerado, es una caricatura.
–¿Los que se atienden en el Centro Camas salen satisfechos?
F.P.: –Sí, quedan chochos. Ellos tienen un don, pero lo que pasa es que el detrás de escena es nefasto porque ellos buscan poder, fama y dinero. Son políticamente incorrectos, no somos la heroína y el galán típico que encabezan un programa. Está todo muy exacerbado, los actores están componiendo personajes en un tono un poco arriba que el de las comedias costumbristas.
–Vuelven a hacer juntos televisión, luego de diez años, la única y anterior vez fue con Poné a Francella. ¿Cuánto obedecen de la línea a línea del guión?
F.P.: –¡Poco!, somos actores muy creativos (risas).
P.G.: –Están planteadas las situaciones y, si enriquecen, algunas cosas agregamos.
–Eso pasa porque se conocen mucho. Con otro compañero no podrían trabajar así…
P.G.: –Pero acá son todos actores realmente muy virtuosos, cada cual puede zapar solo y se mandan muy bien, eso hace que sea un programa en que se pueda trabajar distintas vertientes del humor porque es un elenco que está capacitado para hacer un humor más naturalista, uno más expresionista, más grotesco, un humor de gags o un humor de físico y eso es muy bueno.
F.P.: –Es un elenco de solistas.
P.G.: –¡Exactamente! Hay muy buenas individuales en este equipo.
–¿Creen que el humor es un ingrediente vital para que una pareja funcione?
F.P.: –Sí, es esencial. Para mí en el humor radica la belleza. Cuando uno es joven cree que el humor llega de alguien exquisitamente bello, y cuando te vas poniendo grande te das cuenta de que cuando compartís el humor con una pareja ahí está la belleza. En mi vida personal, con Mariano (Otero), tengo una relación basada en el humor y eso me enamora de él. Siempre competimos…
–¿Compiten por quién tiene el mejor remate?
F.P.: –¡No! (risas). Le digo: “Vos viniste con gracia pero como te casaste con una comediante yo te aporté el refinamiento.” Y él me dice: “No, yo siempre fui el gracioso de Avellaneda, vos ganaste calle conmigo.” El humor es fundamental no sólo en las parejas, en general, en la vida. El humor es sanador, te salva, te ayuda a superar cosas que por ahí de otras maneras no podrías pasarlas fácilmente.
–Y el matrimonio no es un camino de trayecto fácil… ¿Y para vos, Puma, qué lugar tiene el humor en una pareja?
P.G.: –Parafraseando, con todo respeto, a Alejandra Pizarnik –con la que estoy fanatizado– creo que “el humor es la voz de la pareja”. Vos ves una pareja que tiene humor y te hablan a partir de eso, porque el humor es lo que te lleva a vincularte con la gente, no así la solemnidad que marca distancia. Cuando vos hablas con alguien seriamente pero con humor podés vincularte mejor y en la pareja eso es fundamental.
F.P.: –En la pareja, después de muchos años de convivencia, si no te divertís es la muerte. El humor te pone creativo y vital.
–¿Y la proporción de humor que debe tener una pareja para estar bien es mayor o menor que la buena cama?
F.P.: –¡Mirá lo que preguntás a dos escorpianos!
–¿Y eso qué significa?
F.P.: –¡Que la cama es muy importante! (risas) Para mí la ecuación es cama con diversión. Si tenés una buena cama y te divertís, no te vas más. Es cantar “¡Bingo!”, antes que nadie.
P.G.: –Humor, cama y una buena siesta. Para mí cama es dormir una buena siesta en paz con lo que eso refiere, es sin duda lo mejor, no hace falta mucho más.
–¿Y para Doña Rosa, entre el humor y la cama, dónde ubicamos al amor?
P.G.: –¡Está todo ligado! Es inherente. El humor tiene que ver con el amor y también con la cama. Yo no entiendo eso de “lo amo pero tenemos mala cama”, ¿Qué? ¿De qué estás enamorada, entonces? No hay una conexión. El buen sexo no es lo que te vende la sociedad capitalista eso de “vení, te disfrazo y te doy”. El buen sexo es estar abrazados en cucharita, un buen beso es mucho más erótico que cualquier pose. Si hay amor, tiene que haber humor y buena cama, conexión. El amor es producto de la conexión, si no hay conexión, no hay amor.
–A modo de conclusión, ¿sentarse a mirar Sr. y Sra. Camas servirá como terapia de pareja?
P.G.: –Yo creo que sí, se van a reír y van a terminar garchando (risas)
F.P.: –No se si servirá como terapia de pareja, no es la idea, pero por lo menos si estaban con mala onda, se van a poner de mejor humor seguro.
Fuente: Tiempo Argentino
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